¿Por qué si contratar un seguro; y por qué no hacerlo?

El Seguro para el Agro es un buen ejemplo para pensar su conveniencia debido a la gran incertidumbre e imposibilidad de prevenir uno de los riesgos que enfrenta esta actividad.

Hay riesgos de esta actividad que pueden prevenirse, como pueden ser los riesgos biológicos.  Pero el riesgo del cambio climático, afecta a la actividad de forma imprevisible y variable. El clima, año a año, es menos previsible en general; y aunque influye a todos los productores, ejerce mayor presión en los productores agrícolas más frágiles.

Los extremos climáticos, acontecimientos violentos e infrecuentes como pueden ser las inundaciones, la sequía, vientos  y las tormentas con  granizo, son casi imposibles de prever y podrían hacerse más frecuentes.  La variabilidad natural de las lluvias, de la temperatura y de otras condiciones del clima es el mayor problema para los agricultores de hoy.

En la nota Cuidar nuestro patrimonio  hablamos que hay tres factores que pueden hacer conveniente la contratación de un seguro: el riesgo; el daño; y el costo que conlleva reparar ese daño.

El riesgo sobre los cultivos,  como veíamos antes, puede variar según de la época del año y del grano. El daño puede fluctuar desde algo que no afecte significativamente las rentabilidades finales, hasta perder toda la inversión: otra gran incertidumbre. En estos tipo de seguros, el costo puede significar una quiebra en la producción si el productor decide asumir el 100% del reisgo. 

El objetivo de esta protección es siempre el mismo: minimizar los riesgos, cuidar nuestra inversión, proteger nuestro patrimonio.

¿Qué prevención o control tenés sobre el granizo, la velocidad de los vientos,  las heladas fuera de época, o un posible incendio, una sequía o una inundación?

Pensá en tu próxima campaña. ¿Cuál es la ventaja de asumir vos todo el riesgo?

Incluí esta inversión dentro de los costos de tu producción.

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